Cursar este doble itinerario requiere tener interés por los temas económicos, jurídicos y sociales, facilidad para las matemáticas y el tratamiento cuantitativo de la información, conocimiento de idiomas (principalmente, el inglés), capacidad de abstracción crítica, capacidad de análisis y de síntesis, buena expresión oral y escrita, iniciativa y una muy buena aptitud para el trabajo.
Esta formación permite ejercer tanto de abogado como de economista y, especialmente, sobresalir en el ámbito de la abogacía y la asesoría de empresas. Permite trabajar en grandes bufetes de abogados y economistas, y convertirse en auditor o consultor de empresas, economista del Estado o inspector de Hacienda. Asimismo, permite desempeñar tareas de dirección y gestión en la Administración pública y en instituciones internacionales.