La formación de los futuros juristas de nuestra sociedad exige que seamos conscientes de la importancia que las diferentes competencias de esta área tienen en su proceso de aprendizaje. Por eso en nuestra Universidad llevamos a cabo un notable y reconocido esfuerzo en su consecución.
De entre el importante número de competencias, destacan las siguientes:
Conocimiento del Derecho y de las principales instituciones públicas y privadas, tanto nacionales como internacionales, en su génesis, evolución histórica y realidad actual. Asimismo, se desarrolla el conocimiento y la práctica de diferentes técnicas de investigación, con las que poder acceder con eficacia a nuevos conocimientos jurídicos propios de esta área.
Percepción del carácter unitario del sistema jurídico, para lograr una visión interdisciplinar de la realidad jurídica, y toma de conciencia de la importancia del derecho como sistema regulador de las relaciones sociales. También es básica la adquisición de una conciencia crítica de la relación entre el pensamiento a lo largo de la historia y los procesos jurídicos pasados y actuales. Se trata de desarrollar, de este modo, la capacidad de reflexión sobre los fundamentos básicos del pensamiento occidental y sobre las realidades sociales y corrientes de pensamiento que afectan al devenir histórico de la humanidad.
Aptitud para la creación y estructuración normativa, con el fin de manejar fuentes jurídicas y bases de datos con las que obtener información jurídica (legal, jurisprudencial, doctrinal y bibliográfica). Asimismo, es importante el desarrollo de una buena capacidad para leer, analizar, interpretar, redactar y sintetizar textos y escritos jurídicos.
Desarrollo de la oratoria y la dialéctica jurídica para la adecuada expresión ante un auditorio. Es fundamental que el estudiante adquiera, por tanto, una buena aptitud de negociación, conciliación y trabajo en equipo, así como los conocimientos básicos de la argumentación jurídica.