El Grado en Derecho proporciona a los estudiantes competencias que, centradas y orientadas hacia las actividades jurídicas, tienen utilidad práctica en entornos profesionales distintos que trascienden el mundo del Derecho. Así, con carácter general, estos estudios son esenciales para capacitar a los titulados en el asesoramiento, representación y defensa legal, la dación de fe pública, la gestión pública, la calificación registral, la defensa de los ciudadanos, la mediación, conciliación y el arbitraje, así como para juzgar y ejecutar lo juzgado. Además, los graduados en Derecho tienen competencia para el desempeño de puestos de responsabilidad en empresas –en cualquier sector- y organizaciones, tanto nacionales como internacionales.
El Plan de Estudios del Grado en Derecho proporciona una completa relación de competencias transversales, genéricas y específicas.
Las competencias transversales -las atribuciones, habilidades y actitudes más valoradas y típicas en el ejercicio profesional de las Ciencias Sociales, Jurídicas y Políticas- permiten una formación integral y son desarrolladas a lo largo del proceso de formación. En particular, estas competencias comprenden, entre otras, la capacidad de gestionar información, de analizar, de razonar críticamente, de comunicar escrita y oralmente, así como de negociar, conciliar y tomar decisiones.
Las competencias genéricas, esto es, las relacionadas con las habilidades que todo jurista debe dominar para desempeñar su profesión con eficacia, incluyen la comprensión del carácter unitario del ordenamiento jurídico y de la interdisciplinariedad de las situaciones y problemas jurídicos; la identificación de los valores sociales subyacentes en las normas, la capacidad para manejar –con apoyo en las TICs y en las bases de datos- identificar y aplicar las fuentes jurídicas a dichas situaciones y problemas, así como la capacidad para leer, interpretar y redactar textos y escritos jurídicos ofreciendo argumentos y soluciones