La Arqueología puede considerarse como una disciplina histórica cuyo objetivo interpretar y representar las sociedades del pasado a través, principalmente, de sus restos materiales. Su objeto de estudio es, por tanto, común al de la Historia: el conocimiento del ser humano en su dimensión temporal, desde la prehistoria hasta le época contemporánea. Por otro lado, al analizar el comportamiento de las distintas culturas, la Arqueología tiene también una vertiente necesariamente antropológica. Su principal rasgo diferenciador radica en sus métodos de trabajo, adecuados para extraer información de las huellas materiales procedentes de la actividad humana: localización e identificación de yacimientos arqueológicos, excavación y estudio de su secuencia estratigráfica, análisis de la cultura material, entre otros; así como en los procesos de razonamiento e interpretación necesarios para poder contribuir al conocimiento histórico.
En las últimas décadas, la Arqueología se ha convertido en una disciplina científica compleja e interdisciplinar para cuyo ejercicio resulta necesaria una preparación específica y al mismo tiempo transversal. Al estudio de las sociedades del pasado mediante el uso de métodos y técnicas adecuadas, hay que unir además las labores de conservación y puesta en valor de los yacimientos arqueológicos, así como la contribución del arqueólogo en las tareas de gestión, protección, planeamiento, sensibilización y difusión. No olvidemos que el Patrimonio Arqueológico es tan abundante en España que, después de Italia, es el país que detenta un mayor número de bienes de este tipo, cuya investigación y protección requieren esta formación.