El interés por los asuntos económicos aumenta con la globalización de los mercados, la mejora de las comunicaciones y el cambio climático. Las relaciones económicas se hacen más complejas y generan abundantes datos que deben ser procesados e interpretados para explicar los hechos relevantes y anticipar el curso de los acontecimientos.
El economista se enfrenta al reto de dar respuestas a grandes preguntas y ofrecer soluciones a problemas urgentes. Mayor igualdad de oportunidades, políticas para aliviar las fuertes presiones migratorias, un crecimiento más compatible con la protección del medio ambiente... Estos son sólo algunos de los grandes asuntos que aborda la formación en Economía.
El plan de estudios está diseñado para proporcionar herramientas que sirven tanto para analizar la realidad económica como para fundamentar propuestas de cambio y de reforma. Se enseña al estudiante a formularse preguntas, a reunir la información relevante, a analizarla con un esquema mental nítido y a proponer soluciones indicando los puntos a favor y en contra de una determinada política, pública o privada.
La formación básica en Economía se completa con cierta especialización, configurada a partir de la elección de materias según las preferencias del estudiante. Un conjunto de materias obligatorias y optativas contribuirán a formar profesionales en el conocimiento del análisis económico moderno. El graduado será capaz de analizar la interacción de los agentes económicos individuales y cómo influyen en su comportamiento las instituciones y los incentivos.