La tradición de los estudios árabes data de largo tiempo en Sevilla. Aparte de los Estudios Superiores anteriores a enero de 1249, las primeras enseñanzas de este tipo en Sevilla se remontan al Estudio General (Universidad) de Latino y Arábigo de 1253.
Esta titulación responde a la necesidad de la sociedad de nuestros días de contar con egresados competentes para analizar y abordar cuestiones de índole cultural, social y lingüística que existen en nuestro entorno más lejano o más inmediato y que están relacionadas con la política tanto exterior como nacional (problemas regionales, o que nos afectan a nivel nacional, como inmigración, convivencia multicultural, etc.). También hay que resaltar su aportación al conocimiento del patrimonio lingüístico, histórico y cultural de la Península Ibérica desde la época de al-Andalus hasta nuestros días.
Partiendo, por supuesto, de las materias más claramente pertenecientes al ámbito de lo filológico (lo lingüístico, lo textual, lo literario y lo histórico), nuestra titulación ha incluido desde siempre muchas otras (de orden filosófico, religioso, político, sociológico, artístico, científico, etc.) que, confluyendo con las primeras, han sido, y son hoy, tal vez el sello más relevante de nuestros estudios.