Las nuevas necesidades de la sociedad y a la evolución del conocimiento refuerzan los sistemas educativos en los que la adquisición y el perfeccionamiento de la lengua francesa y las materias literarias, culturales, historiográficas y críticas, se implican en la formación plurilingüe, condicionada por una sociedad contemporánea destinada no a unificar lenguas ni culturas, sino, por el contrario, convocada para preservar las lenguas, y potenciar las diversidades lingüísticas y culturales, que acrisolan el auténtico patrimonio democrático de la humanidad.
Ciertamente, los estudios franceses se desarrollan en un marco geopolítico complejo declinable en tres niveles, autonómico, nacional y supranacional, en los que el idioma extranjero representan desde los años 90 una clave del currículo, y una piedra de toque en las nuevas políticas lingüísticas, y así también en las políticas socio-educativas y culturales, surgidas a escala europea e internacional, al amparo del nuevo discurso socio-cultural de la sociedad del conocimiento.
El itinerario académico del futuro graduado lo capacita para diversificar sus competencias en el ámbito de los saberes de la lengua, la literatura, la cultura francesas, y en relación con las posibles orientaciones académicas, investigadoras y profesionales locales e internacionales.