La enseñanza de la historia superó la mera crónica de acontecimientos o las consignas para formar patriotas. En una época de fortísima reafirmación de cultura occidental y de sus valores específicos, la opción que tiene que ofercer la enseñanza de la Historia es la perspeciva crítica. La Historia no será ya un discurso de rearfimación de nuestros valores, sino que sabrá apreciar otros valores, nos enseñará a respetarlos, a aprender de ellos y a comparar (los nuestros y los otros) con los únicos que nos pueden servir de referencia: los valores éticos generales.
La Historia encaja con el proceso de desarrollo de las naciones, de las comunidades políticas y, en parte, lo fundamenta, al proporcionar las nociones precisas para construir la "memoria colectiva" del pasado. Actualmente, la Historia engloba otros valores y su enseñanza integra una multiplicidad de enfoques.
En el plan de estudios de este grado se le concede especial importancia a la formación teórica y práctica del estudiante, de manera que en la planificación de sus actividades son frecuentes las salidas y prácticas fuera del aula.