A partir de la década de los 90 se vende aquello que aporta valor añadido a los productos (diseño industrial) y a su comunicación visual (diseño gráfico). El profesional de esta especialidad se ocupa del diseño de productos para que combinen cualidades apreciadas por el mercado como la tecnología, la estética, el precio, la funcionalidad, etc. Trabaja en empresas en las que la investigación, desarrollo, diseño de nuevos productos es una actividad importante, en sectores como el de la construcción, la mecánica, la automoción, etc., así como en la Administración Pública.