La podología es una profesión sanitaria con competencias profesionales y planes de estudio regulados oficialmente. Dicha regulación describe la figura del podólogo en el equipo multidisciplinar de profesionales sanitarios y las competencias específicas de actuación profesional, entre las cuales, podemos destacar:
Conocer y aplicar los fundamentos teóricos y metodológicos de la podología.
Conocer la estructura y función de la extremidad inferior, métodos de diagnóstico de los procesos patológicos médicos y quirúrgicos patológicos del pie.
Poseer capacidad, habilidad y destreza para diagnosticar, prescribir, indicar, realizar y/o elaborar y evaluar cualquier tipo de tratamiento podológico.
Adquirir experiencia clínica podológica en centros acreditados, fomentando la interrelación y comunicación eficaz con pacientes, familiares, y miembros del equipo multidisciplinar.
Conocer, diseñar y aplicar programas preventivos en podología y fomentar la atención podológica.
Adquirir habilidades de trabajo en los entornos educativo e investigador y asistencial-sanitario. Asesorar en la elaboración y ejecución de políticas de atención y educación en prevención y asistencia podológica.
Valorar de forma crítica la terminología, ensayos clínicos y metodología utilizados en la investigación relacionada con la podología.
Ejercer la profesión respetando a la autonomía del paciente, a sus creencias, cultura, determinantes genéticos, demográficos y socioeconómicos.
Incorporar los principios éticos y legales de la profesión en la práctica, con el cumplimiento de las obligaciones deontológicas, la legislación vigente y los criterios de normopraxis.
Todas las competencias pueden ser consultadas detalladamente en la Orden CIN/728/2009, de 18 de marzo.