El Trabajo Social está orientado, en las distintas partes del mundo, hacia objetivos de apoyo social, de desarrollo, de protección, de prevención y/o de carácter terapéutico. Esto podríamos especificarlo en los siguientes objetivos:
Facilitar la inclusión de los grupos de personas marginadas, socialmente excluidas, desposeídas, vulnerables y en riesgo.
Ocuparse de poner en cuestión las barreras, desigualdades e injusticias que existen en la sociedad.
Establecer relaciones efectivas a corto y largo plazo con individuos, familias, grupos, organizaciones y comunidades y movilizarles, para aumentar su bienestar y sus capacidades de solucionar sus problemas.
Ayudar y educar a las personas para que obtengan servicios y recursos en sus comunidades.
Formular e implementar políticas y programas que aumenten el bienestar de las personas, promuevan el desarrollo y los derechos humanos, así como la armonía social colectiva y la estabilidad social.
Promover sociedades estables, armoniosas y con respeto mutuo que no violen los derechos humanos de las personas.