Cambiar el sistema de becas y mejorar la empleabilidad, claves del informe La Universidad en cifras

Sofía Riesco

Cae la demanda de estudios de grado y aumenta la del máster. Las titulaciones de Ingeniería y Salud continúan ofreciendo las mejores salidas laborales.

La Conferencia de Rectores de Universidades Españolas ha publicado el informe ‘La Universidad española en cifras 2017/2018’ con los datos más relevantes del sistema universitario español. En él se plantean dudas sobre si sobran universidades y universitarios, la evolución de la demanda de estudios de grado y máster, el auge de las universidades privadas o la equidad de las becas, entre otras cuestiones.

Actualizar el sistema de becas, adaptar la oferta a la demanda o informar sobre la empleabilidad de las titulaciones son algunas de las conclusiones del informe. En total el documento se divide en ocho bloques, de los que resumimos los que se refieren a la demanda universitaria, becas, abandono de estudios e inserción laboral a continuación:

1. ¿Hay demasiados universitarios?

España supera unas décimas la media europea de personas en la franja de edad de los 19 a 28 años (edad universitaria tanto de grado, máster y doctorado): un 23,6% por el 23,2% de la Unión Europea. No obstante, en España no hay un nivel de egresados con educación superior excesivo ni entre la población joven ni en el conjunto de población adulta. Y fijándose en los datos de la última década (2008-2018) el nivel de formación de la población joven española no ocupa una posición destacada ni en los países de la UE ni en los de la OCDE.

En los últimos 10 años ha descendido la población en edad de cursar estudios universitarios (18-27 años) y ha aumentado la población española universitaria, especialmente gracias a los másteres, que han visto crecer sus matrículas en más de un 300%. Tanto las universidades públicas como las privadas han sufrido una caída de la demanda de matrículas en estudios de grado en los últimos cinco años, mientras que se han incrementado las de máster, donde se han especializado las universidades privadas, especialmente en estudios no presenciales.

Por ramas de enseñanza, y repitiendo comportamientos en universidades públicas y privadas, se reitera la divergente evolución entre demanda y sobre ampliación de la oferta de las titulaciones de grado en Ciencias Sociales y Jurídicas y en Ingeniería y Arquitectura. La rama de Salud es la única en la que el fuerte crecimiento de la demanda está acompasado con una intensidad pareja de la oferta.

2. ¿Hay igualdad de oportunidades para el acceso a la educación universitaria?

En el ámbito de las becas, el informe señala que el requisito académico para acceder a una de ellas y mantenerlas está actuando como factor excluyente para más de 45.000 alumnos que sí cumplen con los requisitos económicos pero no con los de la nota media suficiente (un 6,5). A su vez, recalca la importancia de que los estudiantes reciban orientación sobre las becas y ayudas disponibles para que las soliciten. En el curso 2017/2018 solicitaron la condición de becario casi el 60% del alumnado de nuevo ingreso en estudios de grado en universidades públicas; resultando favorable casi el 70% de las solicitudes.

El documento relaciona la pérdida de alumnado universitario con el aumento de los requisitos de carácter académico para obtener una beca que se instalaron desde el curso 2013/2014. Así, a partir de ese curso y hasta el de 2015/2016, los cohortes de entrada registran de media una pérdida del 35% del total de los alumnos becarios de nuevo ingreso de las enseñanzas de grado al finalizar el primer año de estudio. Para cambiar esta situación la Crue propone revisar el modelo de becas y precios públicos atendiendo tanto a los factores académicos como económicos y estructurales.

3. ¿Es elevada tasa de abandono en los universitarios españoles?

En España solo el 50% de los universitarios termina sus estudios en el tiempo teórico de duración del grado (4 años). Las tasas de rendimiento más elevadas se dan en estudios de Ciencias de la Salud debido al carácter vocacional del alumnado, mientras que la rama de Ingeniería y Arquitectura tiene una tasa de rendimiento muy inferior inferior provocado por la amplia y diversa oferta y la falta de información del contenido curricular.

Respecto al abandono de estudios, el informe señala que es resultado del fracaso personal del estudiante, bien por falta de motivación y/o aptitud, y también institucional por parte de la universidad, que no dispone de los recursos suficientes ni de la programación académica adecuada para retener a los estudiantes. En el curso 2015/2016 abandonaron los estudios durante el primer año un 18% de los alumnos en enseñanzas presenciales y casi un 50% en las no presenciales.

En este sentido, uno de los factores que afecta al abandono es la condición de becario, ya que si no se obtiene la carga docente necesaria cada curso se pierde la beca. El alumnado de las titulaciones de Ingeniería y Arquitectura es el que más abandona los estudios durante el primer año, así como el de las universidades no presenciales.

4. ¿Cuáles son las titulaciones con mejor inserción laboral?

En 2018 la tasa de empleo de la población con estudios superiores era del 81%, siendo los campos de TIC, Salud, Ingeniería y Arquitectura los que tenían las tasas de empleo más elevadas. Además, las personas con un nivel de formación superior tienen unos mayores ingresos. Entre las titulaciones con mejor inserción laboral en España se encuentran Informática, Ingeniería, Salud y Matemáticas y Estadística. Las titulaciones de Artes, Humanidades y Derecho presentan la inserción laboral más reducida.

Respecto a la sobrecualificación de los titulados universitarios, se observa que casi el 40% cotiza en grupos de titulación media y baja, y que el 60% cotiza en el grupo de titulados superiores a los cuatro años de terminar la carrera. Así, el mercado laboral español ofrece a los egresados unas condiciones de trabajo precarias, caracterizadas por la temporalidad y por trabajos de baja cotización. Para cambiar esta situación desde la Crue sugieren mejorar la información y orientación sobre la empleabilidad de las titulaciones, limitar la oferta de aquellas que tienen baja inserción laboral o favorecer las prácticas curriculares en empresas.

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