Cómo hacer un Trabajo de Fin de Grado
Al final del segundo cuatrimestre los universitarios que quieran graduarse deberán presentar un trabajo de fin de grado, cuyas normas y estructura varían según la universidad y la titulación. No obstante, hay algunos puntos comunes que se pueden tener en cuenta a la hora de realizar un TFG.
Entre las modificaciones que introdujo el Plan Bolonia se encuentra la elaboración del Trabajo de Fin de Grado o TFG, el cual es necesario para obtener el título de graduado/a universitario/a. Éste puede tener entre 6 y 30 ECTS e implica la defensa del mismo. El objetivo es que el alumno demuestre que ha adquirido los conocimientos y competencias necesarias a lo largo de la carrera, y que esto se refleje en el proyecto final.
Las universidades han establecido una normativa lo suficientemente flexible como para que las facultades puedan aplicarla a las distintas titulaciones. De este modo, cada facultad tiene sus propias directrices a la hora de realizar el TFG.
1. Es el alumno el que decide: debe elegir el tema, aunque si no tiene ninguna idea de lo que quiere hacer el tutor le mostrará varias opciones para que escoja la que más le interese. Deberá ser el estudiante el que investigue acudiendo a numerosas fuentes de información (libros, Internet, bases de datos en línea, vídeos, entrevistas…).
2. La figura del tutor/a: será la persona que dirija al alumno a la hora de desarrollar su trabajo. Es el responsable de informar de las características que debe reunir su TFG, de dar el visto bueno al tema, de ayudarle en la medida de lo posible en el cumplimiento de los objetivos y orientarle cuando sea necesario.
3. Seguimiento a través de tutorías: como la elaboración del TFG suele ser individual -aunque hay ocasiones en las que se permite hacerlo en grupo-, y no se expone hasta el final del cuatrimestre, es necesario que alumno y tutor se reúnan para ver cómo progresa el estudiante en su proyecto. Para ello se fijarán tutorías, individuales o en grupo, para resolver dudas, fijar los objetivos para la siguiente reunión o sugerir nuevas fuentes o líneas de investigación.
4. Presentación y defensa del TFG: el alumno, además de elaborar el trabajo de fin de grado, deberá exponerlo, ateniendo a los objetivos, la metodología o las conclusiones a las que ha llegado. Tanto la defensa oral como la memoria escrita serán los aspectos que valore el tribunal a la hora de poner la nota al trabajo.
5. Investigación: es uno de los aspectos fundamentales del TFG, y que se puede abarcar de dos maneras: bien estableciendo unos objetivos, justificación de la investigación, metodología, conclusiones, etc.; o bien basándose en un método de casos, un aprendizaje basado en problemas, en proyectos. En ocasiones, el TFG puede vincularse con las prácticas externas que haga el alumno en el último curso, ya que es en el mundo laboral donde el estudiante tiene que aplicar lo aprendido.
6. Tipos de TFG: pueden ser trabajos experimentales, de investigación, de carácter profesional, de carácter teórico-práctico, a modo de proyectos, etc. Algunas universidades rechazan los que son exclusivamente bibliográficos, y las hay que sólo admiten los propuestos por los departamentos o realizados en empresas.
7. Estructura y extensión: 20, 40, 50 páginas... dependerá de cada facultad. En general constará siempre de un índice y una bibliografía. También se suele incluir un desarrollo dividido en epígrafes y unas conclusiones finales. A su vez, se establecen unas normas de estilo, como el tipo de letra, los márgenes, cómo se debe citar, las notas a pie de página, etc. No obstante, los aspectos estilísticos no tienen tanta importancia como las competencias y capacidades adquiridas que el alumno debe mostrar en el proyecto.
8. Organización: una forma de enfrentarse al trabajo de fin de grado es tomárselo como una asignatura más, solo que es el alumno el que debe elaborarla en su totalidad. Por eso es necesario planificar lo que se quiere hacer y el tiempo del que se dispone para ello, ya que al ser el último curso y juntarse con los exámenes finales, los nervios y el estrés suelen aumentar. Es importante no dejarlo para el final y tomárselo como un proyecto en el que poder involucrarse personalmente.
Fuentes: revistas.ucm.es, Curso MOOC “Cómo hacer un TFG en Comunicación" de la Universidad San Pablo CEU.