Cuatro alternativas a estudiar en la universidad

Cada vez más jóvenes se plantean caminos diferentes al acabar el Bachillerato. En lugar de entrar directamente en la universidad deciden irse una temporada al extranjero o pasarse a la Formación Profesional Dual para facilitar el acceso al mercado laboral.

1. Irse al extranjero

Uno de los factores que influyen a la hora de cursar o no una carrera universitaria en España es el precio de la matrícula. Y es que en otros países de Europa los precios son mucho más baratos. Además, la movilidad entre países de la UE es relativamente sencilla. Países como Austria, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Malta, Noruega, Escocia o Suecia no llegan a los 1.000 euros de matrícula por curso, mientras que en España supera los 2.000. Reino Unido, Eslovenia, Irlanda o Hungría se encuentran entre los países con las matrículas más caras, entre los 11.000 y 5.000 euros al año. No obstante, a pesar de que estudiar en la universidad sea más barato en otros países de Europa, también hay que considerar los gastos de manutención y alojamiento de vivir fuera de España.

Además, aunque estos países se incluyan en el Plan Bolonia (en el Espacio Europeo de Educación Superior), esto no garantiza que los títulos sean homologables automáticamente en el país de origen. Para asegurarse, se pueden resolver estas dudas en el centro NARIC, que depende del Ministerio de Educación o en este artículo.

2. Formación Profesional Dual

Es una alternativa a estudiar en la universidad porque facilita un acceso al mercado laboral más rápido, ya que al incluir un módulo de prácticas en empresas se tiene un contacto directo con el trabajo para el que se están formando los estudiantes. Es también una alternativa para las empresas que buscan empleados preparados, actualizados y con ganas de aprender.

A pesar de que los alumnos de FP Dual han experimentado un importante incremento en España, en realidad sólo representan el 2% de la población estudiantil, mientras que por ejemplo en Alemania suponen el 60% de los alumnos. Dinamarca, Austria o Suiza son otros ejemplos de países europeos en los que la FP Dual funciona muy bien, ya que es un sistema que dota a los jóvenes de las aptitudes y habilidades necesarias para el mercado laboral. Además, las prácticas en empresas suelen estar remuneradas.

3. Temporada sabática y voluntariado

Si en realidad lo que se busca es alejarse de la universidad, la formación profesional y otros cursos, irse al extranjero a realizar programas de voluntariado en la Unión Europea puede ser otra opción. Dos de los caminos que se pueden seguir son:

· Servicio Voluntario Europeo: consiste en una estancia de 3 a 12 meses en un país de la UE como voluntario en una ONG. Pueden participar personas de entre 17 y 30 años, y es un programa que está financiado por la Comisión Europea, por lo que cubre el alojamiento, la manutención, los gastos del viaje y un seguro de salud. También incluye la formación lingüística, que es uno de los objetivos que se persigue con esta opción. Encuentra más información en europa.eu/youth/volunteering.

· Intercambios juveniles: consiste en programas de acogida en un país de la UE para realizar un programa de actividades conjuntamente durante 21 días. Pueden participar jóvenes de 18 a 25 años que desarrollen un proyecto juntos. Si éste recibe el visto bueno de la Comisión Europea, ésta subvenciona los gastos de viaje, alojamiento, manutención y materiales que necesiten. Más información en erasmusplus.injuve.es.

4. Emprender

Las nuevas tecnologías han facilitado la posibilidad de que los menores de 20 años también quieran ser emprendedores. Tener las ideas claras y reunir los requisitos de un emprendedor son claves para poner en marcha un proyecto. Todo buen emprendedor es creativo, no tiene miedo al riesgo, maneja las redes sociales y sabe cómo funciona el mundo 2.0., recibe con una actitud abierta las críticas constructivas, cree en sí mismo y piensa a lo grande.