El Plan Bolonia necesita financiación
Las universidades carecen de los recursos económicos que requiere la implantación de este nuevo modelo.
El nuevo Plan de Bolonia, que busca la homologación de los títulos de 46 países europeos, está renovando los planes de estudio de las universidades españolas que ya están sustituyendo sus actuales diplomaturas y licenciaturas por grados de cuatro años.
Esta modernización está aún en pleno desarrollo, se completará –en principio- en septiembre de este año.
Las clases ya no serán de asistencia voluntaria, sino que ahora pasarán a ser obligatorias. Con estos cambios, se busca que el alumno participe activamente para que su aprendizaje sea mayor.
A partir de ahora, el estudiante intervendrá en debates que se planteen en clase, hará trabajos de investigación, asistirá a seminarios y acudirá a tutorías personalizadas que le ayuden a reforzar los conocimientos adquiridos en las distintas sesiones.
En el plano teórico, éste es el objetivo. No obstante, el plano práctico, la realidad es muy distinta.
Este modelo exige a las universidades un doble de esfuerzo, tanto al estudiante como al docente; una mejora en la calidad de sus servicios básicos, una transformación del actual programa educativo.
También será necesario una reforma de sus infraestructuras: las aulas hasta ahora anfiteatros, acogerán a un número menor de alumno. En definitiva, la Universidad debe iniciar un proceso de renovación importante si quiere adaptarse con éxito a los nuevos tiempos.
Pero, para que este proceso pueda llevarse a cabo, es forzoso que haya cierta financiación. Las universidades por sí solas no pueden asumir los grandes costos de este proyecto. Los rectores de las universidades se quejan de que en España, los recursos que se destinan a las universidades son inferiores a las que reciben las europeas.
A este problema, se añade el de la actual crisis económica, que afecta a España desde hace ya dos años. España es uno de los países europeos con mayor tasa de paro y posiblemente uno de los últimos en salir de la crisis.
Mientras que países como Alemania, Francia o Italia ya han iniciado su proceso de recuperación, España aún no logra ver la luz al final del túnel. Sin dinero, no es posible adaptarse al nuevo Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).
Si el Plan Bolonia conseguirá mejorar la calidad de la educación universitaria y propiciará la salida al mercado laboral de profesionales con una formación de mayor calidad es algo que no tardaremos en descubrir.
Hasta entonces, es preciso que el Gobierno y las instituciones unan sus esfuerzos y actúen de forma conjunta para suplir las carencias que tiene la Universidad hoy en día.