¿Hacia dónde se dirige la universidad?
El Plan Bolonia, la internacionalización, la financiación o la empleabilidad de los egresados son alguno de los aspectos que ha abarcado el XV aniversario de la Cátedra UNESCO de Gestión y Política Universitaria.
La universidad ha cambiado mucho en los últimos 15 años. La Cátedra UNESCO de Gestión y Política Universitaria ha querido celebrar su XV aniversario con profesionales del mundo universitario, para repasar la tarea realizada por esta institución y los cambios que ha sufrido la educación superior.
Durante el evento intervino la presidenta de la European University Association, Helena Nazaré, experta en gestión de la política universitaria. En su presentación destacó el papel que tienen la educación, la investigación y la innovación en el desarrollo de la sociedad. Según los datos que mostró, en 2020 el 35% de las ofertas de trabajo demandará perfiles con educación superior. Defiende a su vez que las universidades tienen una responsabilidad con el territorio nacional en el que están, y apuesta por la integridad de Europa frente a la fragmentación.
A la hora de mostrar los cambios que ha experimentado la educación superior, recalcó las diferencias que existen entre los países del norte y del sur de Europa, al igual que del este y del oeste del continente. Opina que se debería educar ciudadanos, ‘entrenar’ investigadores, y fomentar la innovación y el emprendimiento, y que esa labor debería ser uno de los objetivos de la universidad.
Respecto a la investigación e innovación, defiende que se requieren graduados cualificados y jóvenes investigadores. A su vez, cree que para poder atraer a los mejores profesionales la universidad debe contar con financiación y autonomía.
En su intervención también habló de la calidad de la educación. Cree que debería conocerse qué puestos de trabajo se necesitan, conocer la empleabilidad de las carreras y saber qué profesionales se demandan. Para ello sugiere reestructurar los currículums de los planes de estudios y enseñar a los estudiantes a enfrentarse a situaciones de la vida cotidiana.
Según Nazaré, la autonomía universitaria y la sostenibilidad financiera son las claves para un buen rendimiento de la universidad. Aboga a su vez por la internacionalización y pone como ejemplo el rápido desarrollo de la movilidad europea con el programa Erasmus, así como la creciente colaboración en investigaciones y proyectos en distintos países. También defiende la integración de estudiantes de procedencias diversas.