La universidad española en cifras: menos alumnos en la pública y menor inversión en I+D
La Crue ha elaborado un informe en el que analiza el panorama del sistema universitario español, donde destacan que la investigación en I+D es clave para mejorar en los próximos años.
La inversión en I+D es fundamental para que las universidades españolas mejoren su posición en los rankings internacionales. Así lo aseguró Segundo Píriz, presidente de Crue Universidades Españolas, durante la presentación del informe Universidad Española en Cifras 2015-2016, que analiza la situación del sistema universitario español.
Uno de los retos a los que se enfrenta el ámbito universitario es saber por qué ninguna universidad española está entre las 200 mejores del mundo en excelencia investigadora. Y es que ante un “escaso esfuerzo en I+D", las universidades de España “deben desempeñar sus funciones con un bajísimo grado de autonomía institucional, atrapadas en una tupida tela de araña de regulación que impide liberar su enorme potencial", señala el presidente.
Es por ello que este informe pone de manifiesto el compromiso de las universidades con la transparencia institucional y la rendición de cuentas, y se facilita la comunicación del sistema universitario con la sociedad. En total el documento se divide en cinco bloques, que analizaremos a continuación: demanda de las enseñanzas universitarias; precios, becas y ayudas al estudio universitario; oferta de enseñanzas universitarias, recursos del sistema universitario y resultados.
Demanda de las enseñanzas universitarias
La demanda de estudios universitarios en España es más reducida que en la OCDE y en la UE. Además, el acceso a los estudios superiores es algo inferior al del conjunto de los países de la Unión Europea. Es especialmente llamativo en el caso del máster, donde se espera que solo un 9% acceda a esta formación, frente al 21% de media de la UE.
Además, las universidades públicas han ido perdiendo estudiantes a lo largo de los dos últimos cursos, mientras que las universidades privadas han visto aumentar el volumen de alumnos en sus aulas. También cabe destacar que las mujeres son las que tienen mayor presencia en la universidad, al mismo tiempo que los hombres reducen su participación entre los estudiantes universitarios.
El informe también revela que España es el destino favorito de los estudiantes Erasmus. En la convocatoria de 2014 atrajo a más de 42.000 estudiantes procedentes de otras universidades. Además, es el tercer país que más alumnos Erasmus envía. Son los estudiantes de grado los que más movilidad internacional realizan, especialmente en las universidades públicas.
Respecto a los alumnos extranjeros de máster, éstos se decantan por la Universidad de Navarra y la Universidad Rey Juan Carlos para realizar su estancia en España, seguidas de la Universidad Internacional de Cataluña.
Precios públicas, becas y ayudas al estudio
España se encuentra entre los países de la Unión Europea con los precios públicos más elevados, aunque en los últimos años han empezado a reducirse. También es uno de los países con los niveles más bajos de becas y ayudas al estudio. De media, estudiar un grado universitario cuesta 1.110 euros, mientras que el máster se eleva hasta los 1.991.
Por encima de España están Italia, Holanda, Reino Unido e Irlanda, donde se encuentran las matrículas más caras: 3.000 euros por curso de grado y 6.000 de máster. Las Comunidades Autónomas más caras continúan siendo Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha.
Según señalan en el informe de la Crue, urge una reforma del sistema español de becas y ayudas al estudio. Los datos muestran que desde el curso 2012/2013 la financiación recibida por alumno ha disminuido en más de 600 euros.
Oferta de enseñanzas universitarias
Durante el curso 2015/2016, el número de titulaciones en universidades públicas con menos de 20 alumnos se ha incrementado respecto al año anterior. Una cifra que cuadriplican las universidades privadas, donde las titulaciones pocos alumnos representan un casi un 48%.
Recursos del sistema universitario
En España apenas se destinan recursos para convertir a la educación superior en un factor competitivo. Mientras que en países como Polonia, Corea o Japón invierten más en la educación de los alumnos, España, Irlanda y Dinamarca se encuentran a la cola. Además, el gasto público en educación ha ido disminuyendo con el paso de los años, y se prevé que continúe a la baja. Tampoco se invierte en I+D ni en educación superior.
La financiación procedente tanto de los precios públicos como de los presupuestos autonómicos han ido reduciendo, lo que afecta a los recursos estructurales de las universidades públicas. También los ingresos por investigación y transferencia tecnológica retroceden un 25% respecto a 2008.
No obstante, las universidades se esfuerzan por captar recursos de investigación en Europa. La Universidad de Gran Canaria, la Politécnica de Cataluña y la Pompeu Fabra son las que cuentan con mayor financiación extranjera destinada a la investigación.
A su vez, la crisis empobrece la capacidad productiva del profesorado y los gestores universitarios, y también envejece la plantilla del profesorado universitario. De hecho, la mayoría tiene entre 50 y 65 años, mientras que los profesores menores de 30 años representan poco más del 1% de la plantilla.
Resultados: docentes y de I+D
El rendimiento académico de los estudiantes de grado ha mejorado de forma sostenida y permanente, especialmente en titulaciones de la rama de Ciencias de la Salud, Ingeniería y Arquitectura, y Artes y Humanidades.
Las tasas de empleo en España aumentan y el paro disminuye con el nivel de formación, aunque nuestro país se encuentra entre los que tiene menos titulados universitarios trabajando: un 78% frente al 90% de Noruega. A su vez, se observa que la educación superior mejora el nivel de renta de los titulados universitarios a lo largo de toda su vida profesional.
Por otro lado, mientras los mayores países competidores han seguido priorizando la inversión en I+D, España se ha separado de esa tendencia general. De hecho, la industria española es de las que menos invierte en I+D de entre el conjunto de los países desarrollados. La baja competitividad de la economía española, así como los resultados de las universidades, son consecuencia de la poca actividad de transferencia de conocimiento y de innovación.
A pesar de la reducción de la financiación, la producción científica de las universidades españolas mantiene su dinámica de crecimiento e incrementa su nivel de excelencia. Además, las universidades españolas tienen una posición en los rankings proporcional a la intensidad del gasto en I+D.